Ana Faber: “La vela compite en un campo que se mueve, no es como en el fútbol”
Ana Faber Moya (Las Palmas de Gran Canaria, 1960), asesora inmobiliaria de profesión, es uno de los rostros más habituales en las regatas que organiza prácticamente todos los fines de semana el RCNGC en la bahía de Las Palmas de Gran Canaria.
Ana Faber es oficial nacional de regata y, aunque no compitió nunca como regatista de vela ligera, lleva toda la vida ligada al mar. “Desde siempre, mi padre siempre tuvo barcos -motoras, después un velero-; hacíamos pesca submarina, pesca normal, navegábamos … Yo practique durante un tiempo windsurfing, pero nunca navegué en vela ligera ni participé en regatas”…
Ana jamás se marea, ni con la peor castaña. Ha intervenido en unas 600 regatas.
-¿Cómo te conviertes en oficial nacional de regata?
-Cuando mi hijo Alfonso (hoy entrenador de vela) empezó a navegar y a competir en optimist, se convocó un curso de oficiales de regata. Yo me apunté con la idea de tener conocimientos sobre lo que era el mundo de la regata. En principio mi intención era solo tener conocimiento, pero se dio la circunstancia de que en ese momento había pocos oficiales en Las Palmas que pudieran dedicarle tiempo y por ahí empecé.
-¿Qué función tiene un oficial de regata?
-Organizar la regata: desde las inscripciones al anuncio, eso a nivel burocrático, el papeleo; en el mar es el que monta el campo de regatas según la dirección del viento y su intensidad, y según la Clase que vaya a participar. También lleva el control de la regata durante todo su desarrollo.
-O sea, que es máximo responsable de la regata.
-Sí. El oficial de la regata cuenta con el balizador (que está siempre conmigo , coloca físicamente el campo y lo cambia), y con auxiliares que te ayudan, siguen a la flota en todo momento y están pendientes de lo que va sucediendo.

-Desde tierra parece muy complicado, ¿fue difícil aprender?
-Al principio sí, porque te falta la visión del regatista puro y duro. Eso lo suples con el interés, y aprendiendo de otras personas con más experiencia.
-¿De qué año estamos hablando? ¿Cuánto tiempo llevas en esto?
-Mi hijo Alfonso tiene 27 años, así que hace alrededor de 17 años que empecé como oficial. Primero fui oficial regional, luego hice otro curso, prácticas y pruebas (las prácticas son regatas supervisadas por otro oficial) y obtuve la titulación nacional.
-¿En cuántas regatas has intervenido?
-No tengo ni idea, en un montón. Prácticamente todos los fines de semana tengo regata. Será un promedio de dos o tres regatas al mes como mínimo, aunque suelen ser más. Y hay campeonatos, como la semana olímpica, que duran casi una semana.
-Tirando por lo bajo, mis cuentas me dan 612 regatas en 17 años. Perece muy sacrificado, ¿por qué lo haces?
–Sigo en ello porque me encanta, en principio era mi hobby y luego se convirtió en algo más serio.
– Antes me decías que no fue fácil aprender, ahora que ya lo dominas, qué parte es la más complicada en la dirección de una regata.
-La coordinación de muchos elementos. Ten en cuenta que no es lo mismo que trabajar con una flota de optimist que con una de crucero, no es lo mismo con un viento suave que con condiciones duras, conlleva mucha responsabilidad. Pasamos muchas horas en el mar y no es lo mismo con mar llana que con olas importantes.
-Dice la leyenda que nunca nunca te mareas.

-Es verdad. Paso esas horas en el barco del comité fondeada y no mareo nunca.
-¿Hay alguna regata que recuerdes en especial?
-Todos los recuerdos son buenos.
-¿Qué harías para aumentar la afición?
– Divulgación para que la gente entienda. La vela es un deporte minoritario y cuando no entiendes una cosa, no tienes interés en ella. La gente no entiende lo que está pasando en una regata, solo ven barcos navegando.
-Has dirigido como oficial de regata campeonatos y copas de Canarias, campeonatos de España, y como segundo oficial algún campeonato de Europa como el último de Laser organizado por el RCNGC en 2016. ¿Disfrutas de la regata?
-No la puedes seguir, porque tú estás quieta en el barco del comité mientras se desarrolla la competición. Haces la salida y la llegada, te enteras de los resultados, pero durante la prueba estás más pendiente de si rola el viento, si sube, si baja, si el recorrido es grande o pequeño, si los regatistas están bien …
Yo tengo que ver que todo funcione, que el viento se mantiene estable. Según lo que vaya pasando, tienes que ir haciendo cosas, no es como un campo de fútbol que siempre es lo mismo. La vela se desarrolla en un campo móvil, que cambia durante la competición.
El césped de un campo de fútbol está quieto. En el mar, puede ser que las olas o el viento no sean los mismos en un lado del campo de regatas que en otro.
Y siempre tenemos que estar pendientes de la seguridad, de que tienes a un montón de regatistas en el agua que en caso de emergencia no se pueden meter en el vestuario.
Texto: Ángeles Arencibia